Ganesha report
Suena el teléfono. Suena, suena, suena, suena, suena. Se corta. Suena otra vez.
-clínica, cómo?, si señora, see, espere un segundito, para la semana que viene, el puede subir la escalera?, por la mañana o por la tarde?, 9.45 h, apellido? -
Una señora con una bolsita roja entra a la Clínica de Alergias. Me entero de que mi abuela llegó desde Cuba.
Ingresa una doctora muy simpática, deseo que sea la que estoy esperando. La clínica de la alergia tiene como símbolo un caballito de mar, me pregunto mil veces la razón, pienso en la forma, me recuerda a los pulmones, a las vías respiratorias. No entiendo lo del caballito de mar.
Hablan de Maradona en la televisión, en el teclado del teléfono la palabra Maradona existe. La propaganda de Poxilina es linda, animada, me dieron ganas de comprar Poxilina y arreglar un caño. Listo, la propaganda lo logró. El teléfono de fondo, mil quinientas veces. Pasaron 25 minutos y todavía estoy en la sala de espera. Entra el visitador médico y se lleva el 79% de mi atención. Es joven y tiene zapatillas divertidas, me gusta mirarlo, él me mira un ratito. Ahora no estoy segura de que sea el visitador médico.
La doctora simpática sale de su consultorio - Sofía- dice, y supo enseguida dónde mirar, me llamó mucho la atención, primero que me llamara por mi nombre y después que adivinar cual era Sofía entre tantos otros que esperaban. Miro al visitador médico o el chico con maletín de medicamentos, por última vez, también me mira.
La doctora Elisa es una mujer de unos 70 años, adorable. Encontró mi cariño al minuto 5 de la consulta. - tu papá es alérgico?, sabés porque te pregunto? Sabías que la belleza y la alergia se heredan? - risas de ambas y complicidad entre mi timidez y su ternura.
-soy vegetariana
-no, no soy alérgica a ningún medicamento, tampoco los tomo, no me gustan.
Me pregunta si peso 45 kilos, le digo que peso 59. Me levanta el vestido y apoya el estetoscopio en mi espalda, me pide que respire con la boca abierta.
-está todo perfecto, vamos a hacer unos análisis entonces -
(por qué?)
La clínica está llena de mujeres, no vi ningún doctor varón.
Me trataron muy bien. La bioquímica se cagaba en las reglas del sistema de la obra social, me dijo cosas lindas de mi pelo y mi vestido, me aconsejo cuando venir, me sonrió, le sonreí. El visitador médico, o chico lindo con maletín, estaba atrás mío. Cuando volvía por el pasillo, le sonreí. Me dijo "adiós".
Salí a la peatonal a buscar Nag Champa (son sahumerios), fieles, los únicos que no me hacen mal. En la puerta del local encontré a Ganesha (una pequeña figura de ella), de mudras, de flores y trompa, hermosa. Dentro, la dueña del local, escuchaba un mantra para pedirle a Ganesha disolver los obstáculos.
Canté un poco. Imaginé que saltaba un obstáculo gigante, como una pared de ladrillos vistos y me caía en un arenero, pero estaba lleno de harina.
Mis pensamientos se volvieron engrudo.
Salí del local, caminé una cuadra, otra y una más.
Doblando la esquina, aparece el visitador médico, le pega el sol, me doy cuenta de que tiene barba colorada.
Me pongo colorada.
Me subo al colectivo.
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