Como comer mucho picante
Así es como es.
Un reptil se desliza
Con su vientre calloso
Preparado para el calor del suelo desierto.
Ahora soy el reptil y tengo un escudo en el pecho.
Es como darle veneno y esperar que la lengua se le ponga negra
Y le salgan de los ojos las lágrimas del envenenador
Unas lágrimas rojas, chiquitas, como frutitos de árboles.
¡Yo no sé, animal, como se llaman los árboles, a mí solo me gustan!
Me da igual Álamo o Fresno, me gustan los dos
Es que soy tan chico que puedo meterme dentro de un hueco y ver cual es más cálido
Los dos son más cálidos que yo
Al menos, siempre me han hecho creer que tenía la sangre fría
Hasta que conocí a un perro venenoso de montaña
Que decían las lenguas, solas, las lenguas, que ni sangre tenía el pobre.

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