¿Donde andaré?
Le preguntaba a mi pecho esta mañana,
dónde estaba la nena
qué había pasado
se fue sin dejar carta
ni un saco se llevo
debe andar con frío.
Me miro al espejo y le pregunto,
a Sofía le pregunto,
si es que no me había visto a mi
-a la del cabello cortito, los ojos le brotan-
-la vi llorando doña, nada má, yo no sé nada-
-cla!¿Qué vas a saber vos?, si sos un reflejito de morondanga, ni reflejas a la verdadera nena-
-Escucheme señorita, ¿uste sabe lo que cuesta ser un reflejo?, no cuesta nada, y eso si que duele.
Perdóneme
si, usted, la yo, le pido mi perdón
a mí.

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