anticró
Mi mayor expresión de coraje
y valentía
es permitirme
no comprender
que sucede a mi alrededor.
Anticronica que explica algo:
Me di cuenta de que nuestro amor era
torpe. Como si fuéramos dos cachorros tontos, destetándonos recién.
Me di cuenta de que no soy
completamente “algo”, no soy completamente un ser que sufrió por el tosco
discurso del amor libre, seguido por el oscuro relato de haber sido “dejada”.
Nunca había estado de ese lado de la vereda, por suerte me tocó ahora, con
plasticidad en el cerebro. Bífida de dos sexos. Ni tan eso tampoco. Pero poco
menos heteronormada.
“¿Ya te volviste a enamorar?” se burla
mi cabeza. Si si si si si si si, me burlo yo de ella.
Conocí un chico que le gusta explorar
la vida con la lengua, y yo que me quejaba de mi defecto, ahora nos la pasamos
todo el día lamiéndonos hasta el último rincón de nuestro sistema límbico,
ahora somos dos en ese trabajo.
Tampoco me voy a olvidar de todo lo
que lloré antes, del chico bastante mayor, de la chica bastante más chica, de
haber creído que eras perfecto. Pero la cosa es que tampoco voy a olvidarme de
vos.
La cosa es que ahora voy a pensar en
que todo el amor estaba ahí adentro de mi estomago, de mi esófago, mi útero,
mis canciones, mis formas de ordenar la comida en el plato, el amor estaba en
mi.
Y así es que llega P, y cambia todotodocambia,
vos cambiás hasta de piel y ya te das el lujo de dejar de querer entender las
cosas de la vida.
Una nave sos
que vas viajando
que vas cargando combustible
una nave sos
que vas parando
que vas acelerando
que te confundís de camino
que retomas un atajo
que vas derechito sin preguntarte
que vas despacito dudando
una nave sos
hecha para ser
la nave que sos.
Comentarios
Publicar un comentario
Piquitos