edificio

Producir un texto valioso
comenzar con oraciones simples
que no estrujen la salpicada atención del lector
Proseguir con construcciones más complejas
solo un poco.
Y ahora un poco más.
Releer el texto y cerciorarse del valor
y trascendencia de las palabras
COMPRENDER AL ACTO DE LA LECTURA COMO UNA ACCIÓN PERFORMÁTICA, TEATRAL, REVOLUCIONARIA, TRADICIONAL, CON DESEOS DE PERMANENTE ACTUALIZACIÓN E INMORTALIDAD.
Querer congelar en conjugaciones de belleza no aparente
retratos, escenas, dramatizaciones líricas
de experiencias muertas
apresadas en un corazón racional
que es en si mismo un cerebro
que es en si mismo la fachada de una fábrica de queso
(no pienses en sexo)
escribir, o dibujar, las poluciones
o procesamientos cerebrales
de nuestras angustias
felicidades
y miedos, todos, irracionales.
Cada oración es la última
Cada oraciónes la última siempre aunque nueva
cada oración.
Oramos oraciones sin objetivo de redimirnos,
perdonar, quedar exentos del pecado,
palabra graciosa, no muy útil, no muy
nada necesaria.
Prolongar, amplificar, proyectar a través del complejo aparato fonador humano,
una secuencia o partitura musical de fonemas,
simples sonidos
que a veces nos emocionan
a veces, nada necesarios.
Escribir para llegar al momento del silencio. Entrelazar las lenguas para llegar al momento de la mirada en silencio. Desnudarnos para llegar al momento del silencio: mientras automáticamente accionamos la musculatura Y completamos el circuito del abrazo.
Cantar para el silencio.
Guerra para la paz
paz para el silencio.
(producir un texto mientras el sol
solo es para mi
un reflejo de la pared de enfrente)
El sol nunca se queda en silencio.