Cosas que no aparentan ser un prólogo

Puedo creer fácilmente que nada de lo que fui y de lo que soy, o creo ser, o ¿qué es ser algo?, permanece, se instala, se enquista, se reproduce. Es muy sencillo para mi pensar en eso, porque estoy haciendo una constante, rigurosa y obsesiva evaluación personal, minuto a minuto, no descanso, a veces dejo de escribir, pero tengo un cuaderno en la mente donde escribo epitafios, poesías, aforismos, relatos cortos, listas de cosas impredecibles. No me enorgullece, ni me hace sentir brillante, porque a veces es tedioso que se te contracturen los músculos de la cabeza tan seguido. Creo fervientemente, y digo “creo” porque estoy evitando poner noes, y empecé con un “yo no creo” y me molestó un poco. Entonces digo, yo creo que todo lo que me sucede en los músculos es porque cargo cosas pesadas, simbólicas y mochilas, también es por pensar tanto y auto pensar tanto. Igual eso con el tiempo fue cambiando, no puedo decir que cargo con cosas pesadas, yo diría medio peso, o a veces casi nada. Entonces ahora es cuando todo falla:
Según los cálculos he sido una persona muy particular, solitaria, amarga, triste, impermeable, bla bla bla, durante la adolescencia esto que digo fue su período cúspide, madurativo, de máxima creciente. Un día caí en la cuenta de que no era tan amarga como me imaginaba y por ende actuaba, entonces cambié eso, pero lo otro siguió mas o menos así.
No sé como hice para tener tantos amigos tan increíbles, siendo “misteriosa” y teniendo mis propias reglas. Cuando se supone que en la adolescencia uno comparte una serie de códigos, bueno yo no hacía mucho esfuerzo por pertenecer, hacía más esfuerzo por estar triste y encontrar el goce allí. Todo esto suena exagerado y posiblemente lo sea.
Pero escuché varias veces decir a mis amigas “la verdad es que no te entiendo”. Bueno yo tampoco entendía mucho y  no me sabía explicar ante esa declaración.
Nunca pude tener muchos amigos varones por razones que no comprendo, o si comprendo pero me da vergüenza admitir, bueno quizás con el tiempo aprendí a tenerlos, igual soy joven y la verdad es que me gustaría juntarme a mirar películas con amigos varones y tomar cerveza en algún lugar, podría ser una terraza y meterme de lleno en la ternura de un varón amigo mientras mi energía masculina y femenina se complementan. ¡Igual ojo! que según Deleuze, no tenemos que ser o varones o mujeres para que nuestras energías femeninas o masculinas se complementen con un sexo opuesto, puede mi energía masculina encontrarse con la masculina de una amiga o amigo y la energía femenina de un amigo con la mía. Entonces no digo más pavadas, solo que quiero tener más amigos varones.
Entonces decía:
El tema amistad es lo recurrente en mi evaluación y chequeo semanal. Veo que estoy en esa etapa donde viejas amistades se alejan y aparecen algunas nuevas y pese al poco tiempo de compartir se vuelven fuertes y uno se siente uno mismo con estas personas.
Me costó mucho hacer amigos (me cuesta) después de mi gran grupo de la adolescencia, me costó un montón, una bocha, una zafada cantidad. Idealizo hasta el día de hoy  las vivencias y los seres que integraban el grupo, no me cabe duda de que son demasiado maravillosas esas personas, incluso después del tiempo, la distancia, y haber pensando varias veces “la verdad es que no lx entiendo”. A parte de esta etapa tengo un montón de miedo y pereza, digo muchas veces que no a las invitaciones,  porque “prefiero estar sola” o trabajo mucho y siempre estoy cansada o me tengo que levantar temprano o el amor es un mejor plan.
¿Pero saben qué? No soy todo eso, para nada, tengo varias cualidades que no encajan m con un ser súper conversador y carezco de algunas habilidades sociales ¡Pero depende! Porque a veces me encontrás hablando un montón y medio como que no entendés, bueno no pasa nada, también hablo un montón como vos.
Soy muy amable y me gusta compartir. Todo eso que pensaste que lo hijos únicos no hacemos. Bueno, no es así, me encanta regalar mi ropa, prestar mis cosas, hasta mis libros, contar y que me cuenten historias importantes, chiquitas, nada, ¿y sabés que más? No me importa que se pierdan los libros, yo amo los libros, pero más amo la posibilidad de que nada es permanente, ni siquiera la protección bestial que tenemos hacia los libros, ni siquiera eso.
Yo quiero decirles a mis amigas más antiguas que no me tengan tanto miedo porque en realidad siempre pasa a la inversa, la que tiene más miedo soy yo. Y que el amor es incondicional de mi parte, por más que nunca en la vida volvamos a vernos o vayamos a irnos de vacaciones otra vez o compartir hasta el calzón, yo tengo el amor encendido las 24 horas, y así algún día voy a morir de un dulcísimo incendio, que va a nacer por el pecho y va a quemar todo con un fuego blanco y fresco. Así te transformas en agua.
De más piba tenía dudas de todo, hoy también, pero eso me parece una mejor idea ahora.
Ah y también esto:
A mis bully de la escuela secundaria que ahora son copadas y me agregan al Facebook les deseo muchas felices fiesta, felicidades y  un “nos vemos el año que viene”.


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